Aplicación de ozono en control y prevención de infecciones.

Aplicación de ozono en control y prevención de infecciones.

Un programa de control de infección exitoso no solo puede ayudar a reducir la mortalidad y la tasa de incidencia de instituciones médicas, sino que también serán muy rentables para las instituciones médicas. Dado que un tercio de las infecciones hospitalarias son prevenibles, las medidas de prevención y control deben ser una prioridad para cualquier institución de atención médica.

Para luchar contra la infección en las instituciones de atención médica, se consideran las medidas preventivas integrales que son las más efectivas. Estos incluyen buenas prácticas de higiene de trabajadores de la salud, equipos médicos invasivos no contaminados, programa de desinfección del grupo de tratamiento y desinfección continua de habitaciones y equipos en toda la instalación de atención médica.

La desinfección se refiere al uso de procedimientos químicos para eliminar casi todos los microorganismos patógenos reconocidos, pero no necesariamente todas las formas microbianas en objetos inanimados. Los antibióticos como el yodo, la clorhexidina, la solución de isopropanol al 70% y el hexaclorobenceno se usan a menudo en hospitales y otras instituciones de atención médica. La clorhexidina y el hexaclorofenol están activas contra muchos microorganismos, pero son menos efectivos contra las bacterias gram negativas.

El ozono es un poderoso agente antibacteriano de amplio espectro, que se ha encontrado que es eficaz contra las bacterias, hongos, virus, protozoos, bacterias y esporas fúngicas. El efecto antibacteriano del ozono se basa en su fuerte oxidación, que daña los ácidos grasos en la membrana celular.

Un gran problema con el control de la infección es que ciertas cepas de bacterias pueden desarrollar realmente resistencia a ciertos desinfectantes químicos. El ozono, por otro lado, mata las bacterias en segundos a través de un proceso llamado lisis celular. Las moléculas de ozono destruyen las membranas celulares y dispersan el citoplasma de las células, lo que hace que sea imposible revivirlos. Por lo tanto, los microorganismos no pueden producir cepas resistentes al ozono, por lo que no hay necesidad de cambiar los fungicidas regularmente.

Debido a tales ventajas, la tecnología de ozono está bien combinada con otros desinfectantes para prevenir la infección hospitalaria.